Esta cuestión podría remontarse al siglo XVII, el período durante el cual los países europeos (y en particular Alemania, Francia e Inglaterra) y los países del golfo pérsico trataron de reproducir las porcelanas chinas que entonces estaban de moda. Así como nadie conocía entonces los “secretos” de fabricación de la porcelana china, los europeos crearon la porcelana de pasta blanda también llamada a veces, loza. Esta pasta no está compuesta por caolín, sino de otras arcillas mezcladas.

La cocción de esta pasta que se hace alrededor de 1100ºC a 1250°C, sea cocción de tipo “gres” (stoneware, en inglés) y la pieza una vez cocida, siendo más tierno que la porcelana (es decir, que al paso de una pieza metálica sobre el esmalte deja una marca en éste). Esta “porcelana europea de pasta tierna” se emparentaría más bien al gres y no es, entonces, una porcelana de buena calidad.

La cuestión que se expone de hecho, no es por lo tanto saber si una porcelana es verdadera o falsa, sino si es antigua o no… En este sentido, hablamos de “falsificación” al sentido artístico, es decir, con la voluntad de engañar a un comprador eventual.

Existen algunas indicaciones muy simples para determinar si una porcelana ha sido realizada antes de 1912, la fecha que coincide con fin de la era Meiji en Japón y el fin de la dinastía Qing en China. En efecto, podemos considerar que los años 1900 – 1910 son un período de fin de transición para la producción de porcelana en China y Japón, con la introducción de la mecanización de los procesos de refinado del caolín, puesto a punto en Europa hacia mediados del siglo XIX.

Para comprender la porcelana hay que estudiar realmente lo que es, químicamente hablando, el caolín (su principal material).

El caolín forma parte de la familia de las arcillas. Las arcillas contienen, en su mayoría, silicatos y óxidos diversos (Potasio, Sodio, Amonio, Aluminio, Hierro, Calcio, Titanio, Magnesio, Manganeso, Cromo, Estroncio, Bario) y agua, lo que les confiere una impermeabilidad cierta al estado natural (a causa de una granulometría inferior a 4 micrones), así como una sujeción a ciertos efectos de inflamiento o de retirada con arreglo a las variaciones de la humedad volumétrica (o humedad del suelo).

¿Por qué es importante para saber si es verdadera o falsa una porcelana? Mientras que la mayor parte de las arcillas contienen óxidos férricos en cantidad, lo que les confiere su color rojo o cobrizo, el caolín, contiene, esencialmente, silicatos de aluminio y más del 1,64 % de óxido de hierro de donde su color blanco natural.

El hierro emigra y se aglutina para formar puntos diversos de montón de óxidos férricos en el momento de la cocción (visiblemente, la cocción a alta temperatura crea un efecto de magnetismo que se aglomeran las partículas férricas próximas las unas de otras y forma así estos desperfectos que son indicadores de su composición y antigüedad.

En el caolín refinado que sigue métodos mecánicos de fabricación, introducidos progresivamente al principio del siglo XX, el hierro es prácticamente eliminado, incluso totalmente, pues muchos óxidos férricos desaparecen poco a poco porcelanas producidas en este período y las piezas anteriores al fin de la era Meiji / dinastía Qing, se vuelven fácilmente identificables…

No todas las porcelanas antiguas son cubiertas de estas amalgamas, en respuesta a un proceso de refinamiento empujado por el caolín, pero de modo manual, lo que no quitará todos los óxidos férricos. Las amalgamas entonces están presentes pero se quedan en el cuerpo de la pieza de porcelana. Basta con alumbrar el cuerpo de la pieza con una lámpara especial para ver estos “defectos”. Es particularmente el caso para las porcelanas imperiales, que son objeto de cuidados de manufacturación más elevados que las producciones destinadas a la mayoría (las que la destrucción sistemática de las piezas que presentan el mismo defecto más mínimo). Así, las piezas de porcelana de esta calidad, presentarán muy poco residuo, incluso en absoluto de amalgamas en la superficie.

Hay que tener cuidado con la presencia de óxidos férricos, pero también con los microrrayados que corren sobre la pieza (porque una porcelana se raya poco a poco por la fuerza del uso) y que deben ser heterogéneos (los falsificadores frotan las piedras sobre el cuerpo de la pieza de porcelana para reproducirlas, pero todos los rayados que son hechos por movimientos idénticos y al mismo tiempo, un experto en porcelana puede reparar en este ensayo). También observaremos las faltas de esmalte, las piezas antiguas que presentarán, a veces, irregularidad en la continuidad de la patina o en el ángulo recto las faltas de material, serán debidas a una cocción mal controlada.

En conclusión, las falsificaciones en el Mercado del arte actual son habituales, y difíciles de identificar, ya que las pruebas de termoluminiscencia no son del todo fiables ya que los falsificadores ya se encargan de hacer crear porcelanas con los mismos materiales que antiguamente, así que para saber el precio y datar una porcelana antigua debe acudir a un perito en antigüedades que conozca profundamente los distintos tipos de porcelana, los fabricantes, tipos de talleres… para confirmar una datación y una tasación, se añade siempre un estudio del decorado, de la forma y de la firma o de las marcas eventuales sobre la obra de arte que deben corresponder a la misma época. Esta etapa aquí requiere peritaje por un perito experto en antigüedades.

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