Actualmente nos parece de lo más normal mirar nuestra muñeca y conocer la hora. Pero esto no siempre fue tan sencillo, sino que la medición del tiempo se ha logrado tras muchos siglos de estudio y de pruebas de innumerables aparatos de lo más diversos, que fueron los precursores de los actuales relojes. 

El hombre siempre ha querido dividir los ciclos naturales en una medida, a través de la observación del Sol, la Luna y los astros siempre advirtió la existencia de fenómenos cíclicos, de manera que estos elementos naturales llegaron a convertirse en verdaderos puntos de referencia para regular el tiempo. 

Así por ejemplo, la división del año en doce meses se debe a la existencia de doce signos del zodiaco formados por las estrellas; a su vez, el mes se basa en las fases lunares y el Sol permite establecer un orden en los eventos del día.

 La primera medida del tiempo tuvo lugar cuando el hombre decidió plantar un palo vertical en el suelo y proceder a la observación de las sombras proyectadas por el Sol.

De esta forma se comprobó que la sombra más pequeña, la del mediodía, se iba acortando y estirando a lo largo del día, estas periocidades sirvieron como una medida de transcurso del tiempo.

Esta rudimentaria herramienta, que proporcionaba una información fundamental se fue modificando paulatinamente hasta llegar a construirse el conocido reloj de sol. 

A lo largo de la historia aparecieron distintos relojes de sol,según los materiales de fabricación y características técnicas, el reloj de pastor, reloj díptico,reloj anular o anillo solar, reloj esférico, reloj cilíndrico, reloj analemático, reloj horizontal, reloj ecuatorial,reloj poliédrico,reloj meridional, reloj polar… 

Los griegos estudiaron más a fondo el tema, y el gnomon, esto es, el palo vertical que proyecta la sombra, dejaron de instalarlo verticalmente y lo posicionaron parelelo al eje terrestre. 

En el siglo XV aparece el reloj de arena, aparecen en la Edad Media en los monasterios (Europa).Tiene dos ampolletas de vidrio conectadas permitiendo un flujo regulado de material, normalmente arena fina o cáscara de huevo machacada, desde la parte superior a la parte inferior, hasta su completo vaciamiento. El funcionamiento solo requiere de la energía potencial de la gravedad. 

Aunque se estima que su uso es muy antiguo, no hay evidencias precisas sobre su origen. La primera evidencia concreta,hay documentos respaldando que alrededor de 3000 a. C., Egipto aparecieron  como clepsidros, o relojes de agua; Más tarde, en el siglo XIV dC, los relojes de arena se usan más comúnmente. Los relojes de arena miden el tiempo por el flujo de un fluido, agua o arena. No permiten determinar la hora, pero sirven para preservarla durante un tiempo más o menos largo. La precisión de tales instrumentos siempre es muy pequeña, pero suficiente si el tiempo medido es corto. 

Existen varios modelos de relojes de arena, de diferentes materiales, tamaños, y cantidad de ampolletas. 

El reloj de arena posee valor simbólico porque es el instrumento que más visiblemente representa el fluir constante del tiempo. Un reloj de arena, con la ampolleta superior casi llena de arena, representa el inicio de la vida; con poco menos de la mitad de arena en la ampolleta inferior, la edad adulta, y con poca arena en la superior, la proximidad de la muerte.

Era común encontrarlo estampado en las banderas de los piratas, bajo la calavera, como símbolo de la existencia fugaz del hombre.

En literatura, y la pintura se utiliza como representación del paso del tiempo y su consecuencia: la muerte, símbolo a su vez de la fugacidad del tiempo y de la vida.